Aliado estrategico o personaje secundario

Las medidas de protocolo ante el COVID seguirán así como también todas las formas vinculadas al trabajo remoto, sin tener certezas de hasta cuándo. Esto ha llevado a los gestores del cambio a plantearse grandes desafíos, convirtiéndose en personajes claves no solo de la gestión de los cambios propios y ya planificados de las organizaciones si no de los particulares derivados del contexto actual y prevenir “la fatiga del cambio” que puedan generar en los equipos.

Es interesante destacar que según cifras informadas por Gartner durante el año 2020 (www.gartner.com) se redujo a la mitad la cantidad de cambios que podían absorber los empleados sin fatigarse o cansarse, y esto por supuesto vino dado por la gran cantidad de cambios que se suscitaban en paralelo a la vida laboral, en el ámbito de salud, político, económico, social y familiar.

Por ello, los gestores del cambio debieron adaptar y actualizar sus estrategias, porque independientemente de lo que ocurre afuera, los cambios organizacionales nunca pararon y en algunos casos hasta incrementaron y por ende también aumentó la necesidad de la gestión del cambio, más estratégica y adaptada a cada contexto organizacional.

Es entonces, que los Gestores del Cambio se han venido preparando y no ha sido opcional no hacerlo en los principales desafíos/tendencias que marcarán el 2021. Pudiéramos resumirlos muy puntualmente en estos 3:

  • Optimización: de las comunicaciones digitales y de la cantidad de información y canales que los equipos pueden procesar en paralelo
  • Más foco: en la estrategia del cambio por audiencia. Si bien esto es algo que se hace en gestión del cambio, ahora, es importante aún más, por la avalancha de cambios que atraviesan las organizaciones.
  • Mayor inversión: en la inclusión de gestión del cambio. En las etapas iniciales de los proyectos, permitirá la flexibilidad necesaria que requieren los cambios actuales por su ritmo y volumen y por ende, la estrategia que aplicarán los gestores del cambio.

Evidentemente, la pregunta planteada al inicio debe ser contestada por cada organización según los aprendizajes obtenidos del 2020, lo cierto es que no hay duda de que el manejo de los cambios no puede seguir siendo igual que antes.