Agilidad Emocional en Equipos de Proyecto efectivos

Actualmente el cambio vertiginoso de escenarios que venimos atravesando requiere, en las empresas, de una imperiosa necesidad por realizar inversiones para subirse a la ola de la transformación digital, y por ello se invierte en nuevas soluciones y herramientas para que sus colaboradores puedan implementar diariamente. Pero ¿por qué muchas veces esas inversiones no logran los resultados deseados en tiempo y calidad generando en los equipos trabas en la usabilidad y hasta sobretrabajo en un sistema que va a quedar obsoleto y usando el nuevo “por solo cumplir”? Ser exitosos implica un cambio de mindset en pos de resultados efectivos y duraderos.

Como verán, supone de un gran desafío en los equipos y requiere de plasticidad para ejecutar los nuevos modos de hacer las cosas. Los profesionales de Change Management colaboran en el mejor modo de implementar el cambio previsto.

En esta práctica habitualmente nos llega el pedido de asesoramiento en la construcción de la estrategia más eficaz para lograr rápidamente la aceptación de las herramientas en su gente, y puertas adentro nos preguntamos ¿Cuál es el indicador de éxito de la adaptación de los equipos a estos cambios?

Me parece oportuno mencionar a la AGILIDAD EMOCIONAL dentro de los equipos, tomándolo como dato para contestar estas preguntas, dando sentido a la efectividad de los proyectos y por qué muchas veces no avanzan según la estrategia planificada.

El concepto de Agilidad Emocional definido por Susan David, psicóloga estadounidense, describe la capacidad que tienen las emociones y pensamientos con la articulación de posibles herramientas internas para lograr la habilidad de tomar y elaborar creativamente planes de acción con las emociones, sin quedar en una encrucijada de pensamientos negativos, imposibilitando, en consecuencia, el desarrollo individual y de nuestros equipos. Este concepto, como facilitador del cambio, debe aplicarse como dato cuantificable en el grado de maduración de los equipos.

Frente a los escenarios tan cambiantes, contar con equipos y recursos ágiles en la identificación de sus emociones, colabora efectivamente en los objetivos que se les propongan como desafíos enriquecedores y de crecimiento. La importancia de elaborar mapeos que contemplen a la Agilidad Emocional, nos permite identificar situaciones para encausar acciones que faciliten al cumplimiento de lo pactado de manera efectiva y sustentable.                                                    

Asimismo, es clave propiciar momentos en las agendas de los equipos para ejercitar y visibilizar el avance de las emociones de todos los miembros a lo largo del proyecto y así, lograr personas y equipos con una mentalidad ágil para afrontar los desafíos propuestos. Aceptar las emociones y saber gestionarlas abiertamente es clave para aportar ideas e interacción, además de un crecimiento genuino entre sus integrantes.

Desde Change Management se deberá auspiciar, propiciar y elaborar una estrategia acorde para cuantificar las emociones en los equipos, fomentar vínculos de confianza e identificación de lo “no dicho”, que circulan en los equipos.

¿Y cómo lo realizamos?

En primer lugar, sistematizando momentos para visibilizar las emociones en las reuniones de equipos que fomenten conversaciones sinceras entre los participantes. En segundo lugar fomentando la apertura a canales de comunicación claros y abiertos con entendimiento de las emociones del mensaje y la audiencia.

¡Lo sé, lo propuesto no es tarea fácil! Generalmente en el día a día es difícil entender y verbalizar las emociones, sobre todo por los sesgos culturales de las organizaciones, por eso es recomendable contar con expertos en agilidad y gestores del cambio para implementar técnicas efectivas y concretas que harán que los miembros de los equipos puedan lograr la identificación de las emociones

Para iniciar este camino se debe poner en marcha los CUATRO PASOS de Susan David:

 

¿Cómo generamos Agilidad Emocional en las reuniones de equipo?

Fomentando ejercicios por medio de tableros que grafiquen el modo en que atraviesan las emociones y su revisión periódica a lo largo del proyecto de modo grupal e individual.

Vuelvo a hacer hincapié que entiendo que habitualmente manifestar y poner en palabras las emociones en el plano laboral y en un encuadre formal de proyecto, no es tarea fácil. Pero si ello se realiza cotidianamente con ejercicios y dinámicas lograremos dentro de nuestros equipos vínculos de confianza, que posibiliten la identificación de lo que le pasa al otro, para poder anticiparnos a las desilusiones, o posibles fracasos, fruto de la resistencia a cambiar.

Cuanto más tiempo se dejan sin visibilizar emociones negativas que obstaculizan, menor es el valor genuino que podemos entregar dentro de los equipos.

Por ello, no hay que negar ni bloquear las emociones, sino por el contrario, utilizarlas como datos para aprender sin que dificulten los avances.

En resumen, las emociones trabajadas como datos del proyecto contribuyen a la capacidad de recuperación personal, mayor conciencia y ser ágiles. Examinar sus causas y la toma de acciones decisivas y a tiempo, lograrán un genuino fortalecimiento y madurez de los equipos. Es la Agilidad Emocional quien colabora en visibilizar y comprender los factores humanos como pilares fundamentales para el éxito y crecimiento de las organizaciones.

Ahora te propongo que te preguntes ¿Vos y tu equipo que tan ágiles son con las emociones para lograr el éxito de los proyectos? ¿Realmente pueden solos con ésto? Te desafío a ponerlo en práctica y nos cuentes como te fue.